Tara es una Loba Herreña, que ha tenido una vida muy difícil y sin embargo no ha perdido toda la confianza en nosotros los humanos. Cuando llegó por primera vez, estaba asustada y era muy reservada, pero rápidamente aprendió de los otros perros que los cuidadores no quieren hacerle daño. Ahora, viene corriendo hacia nosotros en cuanto estamos en el refugio y disfruta de todas las caricias y atenciones. Al principio sigue siendo reacia a conocer a los extraños, pero si eres paciente y le das tiempo, se acercará al poco tiempo. Está deseando dar paseos en los que hay tanto que ver y oler, no es de extrañar después de años de vivir encadenada. Tara es una perra fuerte y se necesita una mano fuerte para guiarla. Con otros perros es confiada pero compatible.
Debido a una pequeña lesión Tara estuvo unos días en casa de una voluntaria, allí comprobamos que se porta muy bien en casa, es tranquila y no rompe nada. Pero le tener un exterior seguro donde estar al sol, en casa de la cuidadora prefería estar todo el día tumbada en el patio. Creemos que Tara no sería del todo feliz viviendo en un piso y sólo pudiendo salir a pasear un par de veces al día. Una casa con patio o jardín donde ella pueda decidir por sí misma si quiere estar dentro o fuera sería ideal para ella.
Tara se había dado por vencida antes de llegar a nosotros, se ha recuperado muy bien y ahora sería un sueño si pudiéramos encontrarle un buen hogar propio. Una familia que la quiera, que la mime y que le dé muchos más años maravillosos, esta gran perra lo agradecerá infinitamente.