Desde hace muchos años el equipo de la veterinaria austríaca Dra. Astrid Lorenz ha ido castrando en gran escala a perros y gatos de varias Asociaciones protectoras de animales en Tenerife. A El Hierro vinieron por primera vez en el año 2006, cuando una dueña desesperada de 30 gatos, parcialmente salvajes, les pidió ayuda. Con esta acción se ha colocado la base de una muy buena colaboración, y era también la hora de nacimiento de „El Juaclo“
En las campañas que repetimos cada año se han castrado hasta hoy más de 600 animales lo que significa un número considerable y notable en una isla tan pequeña. Los veterinarios trabajan en función honoraria durante sus vacaciones y ofrecen sus servicios a dueños de animales con ingresos bajos y a nuestros animales en el asilode perros. Además, aparte de la castración, suministran vitaminas y antiparasitarios a los gatos salvajes.
Al principio los Herreños reaccionaron escépticos y más bien con rechazo, ahora la demanda sobrepasa a la oferta. Poco a poco hay un cambio de conciencia y se reconoce que la prevención es mejor que tener que „desechar“ a las crías no deseadas cada medio año.
Sin las donaciones de los turistas y los ingresos de la venta de los libros no se hubiera logrado nada en los primeros años. Hoy en día „El Juaclo“ paga los billetes de ferry, vehículos,comida y alojamiento de los veterinarios. Personas particulares contribuyen fondos paralos medicamentos, y donaciones nacionales e internacionales cubren los gastos restantes. El Cabildo nos puso a disposición los espacios para las operaciones.
Ya por adelantado tenemos que organizar mucho, fijar las citas y rotaciones de servico, redactar un programa de operaciones, arreglar las jaulas de transporte y trampas para los gatos etc.. En cuanto llegan los veterinarios todo funciona a todamarcha, se realizan las operaciones, se capturan gatos en diversos lugares de la isla, se ejercen prevenciones y atenciones postoperatorias, y cada uno de nosotros ayuda donde es necesario y apoya donde hace falta.
Al final todos estamos agotados, cada vez el tiempo es escaso pero nos sentimos satifechos por las tareas cumplidas y sabemos que continuaremos en el próximo año. A los veterinarios y a Martha les gusta venir a El Hierro. No sabemos si es porque les encanta operar a los animales para así frenarla multiplicación de crías no deseadas, o es por la comida sabrosa de Heidi.
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